Por: Félix Corona
Que suerte! yo estuve ahí, dentro de muuuuuchos años con la voluntad de Dios, podré decir orgullosamente que fui testigo de la primera generación de músicos de la Casa de Arte del municipio de Sosúa.
Este lunes, por primera vez se abrieron las puertas para aquellos niños y niñas, adolescentes también, que forman parte ya del primer grupo dispuestos aprender a tocar hermosas notas musicales como las que se le arrebatan al violín. El entusiasmo fue grandioso, las preguntas a la maestra brotaban como torrente aguacero, ella reía y respondía sus indagaciones.
En las manos de una verdadera profesional como Venus Guerrero, un violín es un instrumento precioso, reproduce sonidos que llegan al alma. Las fieras indomables se aquietan y el hombre más inculto se detiene para escuchar enmudecido ese sonido angelical.
Sea usted testigo también de este día que se inscribe en la historia de este pueblito de la costa norte, lleno de hombres y mujeres con deseos de superación. Dios bendiga los responsables de tan majestuosa obra para el crecimiento cultural de nuestra gente.
Siga ascendiendo señora alcaldesa Ilana Neumann, adelante señores concejales, felicidades Adolfo Faringthon, así se hace patria.
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